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Mejorar la formación profesional con programas de prácticas
15 julio 2024
En los últimos años, se ha observado un cambio notable en las expectativas de los trabajadores más jóvenes en cuanto a las prácticas profesionales. Especialmente en sectores como la construcción y el transporte, donde la oferta de profesionales cualificados y a largo plazo es cada vez menor, los profesionales de nivel inicial buscan estas oportunidades más que nunca.

Pero los líderes de estas industrias pueden aprovechar esto. Las prácticas también se han convertido en puntos clave para el desarrollo profesional, en lugar de ser meros complementos para el currículum. Los trabajadores más jóvenes buscan experiencias prácticas que les proporcionen habilidades y conocimientos prácticos en los campos elegidos. Anhelan la mentoría de profesionales experimentados que puedan ofrecerles orientación y apoyo mientras se enfrentan a las complejidades del entorno laboral.
Y las empresas de los sectores de construcción y transporte que estén dispuestas a comprender y abrazar el deseo de los trabajadores más jóvenes de tener un trabajo significativo y carreras con propósito –incluso como lo demuestran sus pasantías– casi con certeza se posicionarán por delante de su competencia en la carrera en curso por conseguir empleados de próxima generación.
Adaptarse y entrenarse
Para ser más precisos, se espera que la Generación Z represente casi el 30 por ciento de la fuerza laboral para 2025. Para reclutar y retener este grupo de talentos emergentes, su programa de pasantías debe adaptarse para incluir oportunidades de crecimiento profesional o capacitación, resaltar la cultura organizacional positiva de su empresa y brindarles un trabajo significativo.
Además, es fundamental enfatizar la importancia de establecer contactos. Los trabajadores más jóvenes reconocen la importancia de forjar relaciones y conexiones al inicio de sus carreras. Las prácticas ofrecen valiosas oportunidades para conectar con profesionales del sector, lo que podría abrir puertas a futuras oportunidades dentro de la empresa.
La flexibilidad es otro aspecto clave que buscan los jóvenes en las prácticas. Con el auge del teletrabajo y los horarios flexibles, valoran las prácticas que les permiten compaginar el trabajo con otros compromisos, como la formación o las actividades personales.
En esencia, las prácticas ya no se consideran trabajos temporales, sino partes integrales del desarrollo profesional. Los empleadores que comprenden y se adaptan a las necesidades cambiantes de los trabajadores más jóvenes se benefician al atraer a los mejores talentos y fomentar una cantera de profesionales cualificados para el futuro.
Mantenerse competitivo
Contar con un programa de prácticas formalizado no solo beneficia a los becarios, sino que también permite a su empresa tener cierto control sobre el impacto que genera en su desarrollo, además de ayudar a desarrollar sus habilidades profesionales en un entorno más estructurado. Y recuerde, la información se transmite. Si se desarrolla de forma que demuestre la disposición de su organización a invertir en el desarrollo de sus empleados, su programa sin duda captará la atención, y con suerte, ganará impulso, entre el público al que intenta atraer y, en última instancia, retener.
Algunas cosas a tener en cuenta si su programa de pasantías necesita una actualización: definir sus objetivos y metas; desarrollar un currículo estructurado; seleccionar mentores calificados; reclutar y seleccionar pasantes; determinar el aspecto de compensación/beneficios; implementar una evaluación y un monitoreo consistentes; y tratar de fomentar un ambiente de trabajo positivo y de apoyo que valore la comunicación, el aprendizaje y el desarrollo.
También es fundamental asignar a alguien para facilitar el programa de becarios de su empresa. Esta persona debe ser un impulsor organizacional, alguien con pasión por el crecimiento profesional y con la experiencia y la capacidad para mostrarles a los becarios el camino a seguir en su empresa. Esta persona podría pertenecer a su equipo de RR. HH., ser contratada específicamente para gestionar su programa de becarios o incorporarse a las responsabilidades de un empleado ya existente.
En definitiva, desarrollar un programa de prácticas sólido tiene un valor sustancial para cualquier organización, especialmente para las del sector terciario, ya que ofrece una gama de beneficios que van más allá de las necesidades inmediatas de personal. Al fomentar una cultura de aprendizaje y desarrollo continuos, las empresas pueden asegurar su éxito a largo plazo y mantenerse competitivas en un mercado en constante evolución.
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