Una historia de historia, esperanza y la renovación de un querido puente centenario: cómo Sarens está marcando la diferencia

Imagínese cargar un puente histórico único en su tipo, de 840 toneladas, en medio de mareas y niveles de agua que cambian rápidamente, todo rodeado por el bullicio de una ciudad agitada y en un muelle apenas construido para soportar su peso.

En Sarens, no solo lo imaginamos: diseñamos soluciones innovadoras que lo hacen posible. Cuando nuestro cliente, Eiffage Métal, se propuso retirar y renovar el puente Pont Colbert en Dieppe, Francia, fue el comienzo de una sofisticada operación que incluyó cálculos complejos, torres de hincado, SPMT, soportes, esteras de distribución de carga, una barcaza, puentes, cabrestantes y bombas de lastre.

Pero esta historia se remonta a tiempos muy anteriores, mucho antes de que se hicieran los primeros cálculos y se elaboraran los planes de renovación. Porque el Pont Colbert no es un puente cualquiera: es el último puente hidráulico giratorio que se conserva en Europa y un preciado símbolo del patrimonio local.

Desde su montaje en 1888, su funcionamiento requirió la intervención de hábiles constructores de puentes, que transmitieron sus conocimientos de generación en generación. Ha resistido los bombardeos al final de la Segunda Guerra Mundial, ha crecido hasta soportar un flujo de tráfico diario de 12 000 vehículos y ha inspirado a entusiastas activistas locales decididos a preservarlo para las generaciones futuras.

Así fue como, este año, Sarens nos vimos inmersos en la vorágine de historia y patrimonio que rodea a este puente único. Sin embargo, nuestro cliente ha formado parte de su historia desde el principio. Eiffage Métal era originalmente la Compañía de Puentes y Obras de Hierro, la misma empresa que pujó contra el famoso Gustave Eiffel para construir la estructura principal del puente y ganó. Ahora, más de un siglo después, llegó el momento de reconstruirlo.

Sarens recibió el encargo de ayudar a Eiffage Métal a descargar el puente para que pudiera ser renovado y reinstalado en todo su esplendor. Sin embargo, sabíamos que la operación sería compleja, exigente y requeriría una gran determinación de ingeniería.

Debido a que las mareas y los niveles del agua cambiaban a diario, todos los cálculos y preparativos meticulosos para la carga se realizaban para un día específico. Si se nos hubiera pasado ese plazo, la operación se habría pospuesto semanas. Y como el nivel del agua subió ocho metros en menos de seis horas, la sincronización de la operación de carga no dejaba margen de error.

La ubicación del proyecto agregó una capa adicional de complejidad: debido a que el lugar de trabajo estaba en el centro de la ciudad, el equipo se posicionó en la calle para su descarga mientras el tráfico continuaba fluyendo a su alrededor.

Pero el equipo se enfrentó a otro obstáculo: el muelle no era lo suficientemente resistente para soportar el peso de los SPMT y del puente. Para contrarrestar este desafío, se instaló una viga larga y pesada sobre dos puntos fuertes del muelle para que la carga pudiera pasar sobre ella con seguridad.

Sarens se ocupó de abordar todos los requisitos especiales del proyecto, incluidos los puntos de soporte específicos para los SPMT y las torres de elevación, durante las fases de planificación.

Finalmente, se eligió el siguiente equipo para la operación:

• 8 sistemas de escalada CS250
• 4 x SPMT
• Diversos soportes y reparto de cargas
• Barcaza alquilada, la CC Baltic
• 12 puentes, 5800 mm + 2750 mm
• 4 cabrestantes hidráulicos
• 24 bombas de lastre

Casi todo el equipo llegó desde Wolvertem en 40 camiones, donde se instaló por fases. Sin embargo, el equipo de elevación representó el mayor desafío de aparejo, ya que tuvo que instalarse bajo el puente y en un foso de difícil acceso.

Con todo meticulosamente preparado y en su lugar, llegó el momento de la operación de descarga y transporte. La tripulación trasladó el puente Point Colbert, de 840 toneladas y 70 metros de longitud, de forma segura a pesar de las cambiantes condiciones del agua, a las que el equipo se adaptó lastrando la barcaza.

El puente fue levantado con gatos y cargado, luego conducido desde el muelle directamente a la barcaza, transferido al puerto, conducido desde la barcaza al otro muelle, girado 180° y finalmente colocado en el lugar de restauración.

En total, 16 personas trabajaron en dos turnos durante la operación de descarga. El equipo permaneció en el sitio durante dos semanas, con una semana dedicada a la movilización y otra a la desmovilización.

Sarens se enorgullece de haber desempeñado su papel en la historia de este hermoso puente histórico y desea felicitar cálidamente a todos los involucrados en esta exitosa y compleja operación.