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Cuando el EPI no se ajusta, todos pagan
14 agosto 2025
El equipo de protección individual (EPI) es la primera línea de defensa en la construcción y el transporte especializado. Pero el ajuste es fundamental. Los recientes cambios regulatorios en EE. UU. y la creciente concienciación en Europa demuestran que la talla uniforme ya no es aceptable. La seguridad exige inclusión.
En el Reino Unido, la campaña #PPEthatfits, liderada por el Chartered Institute of Building junto con socios del sector, ha puesto esta cuestión en claro relieve.

Los estudios revelan que casi la mitad de las ingenieras reportan pantalones y overoles que les quedan mal, y un número considerable de hombres, aprendices y trabajadores de talla grande enfrentan problemas similares. Un EPI mal ajustado no solo es incómodo, sino que genera nuevos riesgos de seguridad, desde pérdida de movilidad hasta que el equipo se enganche en la maquinaria o que no proteja adecuadamente las áreas vitales.
En EE. UU., la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA) ha tomado medidas decisivas. En diciembre de 2024, finalizó una actualización largamente esperada, vigente desde enero de 2025, que exige que el EPI en la construcción se ajuste correctamente a cada trabajador. Esto armoniza las normas de construcción con las ya vigentes para las industrias general y marítima. La OSHA reconoce que un ajuste inadecuado puede exponer a los trabajadores a riesgos o incluso desalentar su uso.
Entre los ejemplos citados se incluyen cascos que resbalan, guantes demasiado grandes que dificultan el agarre y arneses que no distribuyen correctamente las fuerzas de caída. La OSHA, su comité asesor y organizaciones de defensa de los trabajadores, como sindicatos y organizaciones de seguridad, apoyan abrumadoramente la actualización.
Dicho esto, se está vislumbrando una mayor claridad. La OSHA enfatiza un enfoque basado en el rendimiento: el EPI debe ajustarse correctamente y no introducir nuevos riesgos, sin prescribir una talla exacta. Este modelo respeta la diversidad física de los trabajadores y se ajusta a las normas de los fabricantes.
Europa no se queda atrás. Los proveedores de formación profesional y los organismos de normalización del Reino Unido, con el respaldo de #PPEthatfits, están trabajando para introducir nuevas directrices y estándares para equipos de protección inclusivos. Las semanas piloto de prueba y los kits de herramientas ya están contribuyendo a transformar una cultura de seguridad más inclusiva.
Un mensaje claro
En cuanto a la membresía y audiencia internacional de SC&RA, este cambio sugiere un replanteamiento de la adquisición de EPI. El estándar de "talla única" ya no es suficiente. Los empleadores deben asociarse con proveedores que ofrezcan tallas y diseños inclusivos que realmente se ajusten a sus necesidades. Esto implica ampliar la cobertura más allá de cascos y botas: considere guantes, arneses, gafas protectoras y overoles. En operaciones transfronterizas, las normas nacionales y las regulaciones locales pueden variar, pero la seguridad sigue siendo universal.
En segundo lugar, realice pruebas de ajuste in situ. Medidas sencillas, como pruebas de ajuste, encuestas de confort y ciclos de retroalimentación, pueden ayudar a identificar áreas problemáticas antes de que ocurran incidentes. Anime a los trabajadores de todos los orígenes a denunciar los equipos que no les funcionan, sin estigmatizarlos.
En tercer lugar, compartir las mejores prácticas a nivel mundial. Si los contratistas estadounidenses capacitan a sus tripulaciones en seguridad basada en el ajuste o las empresas europeas están probando arneses o herramientas diseñados para mujeres, incorpore esas lecciones a sus proyectos. La red internacional de SC&RA está en una posición privilegiada para difundir lo que funciona a través de las fronteras.
El EPI inclusivo no se trata de corrección política, sino de excelencia operativa. Adoptarlo puede reducir el riesgo de lesiones, impulsar las tasas de adopción y mejorar la diversidad de la plantilla. Demuestra que cada miembro del equipo importa, no solo en teoría, sino también en el lugar de trabajo. Como mínimo, el mensaje es cada vez más claro: el "ajuste adecuado" es ahora un requisito legal en mercados clave. Y lo que es más importante, es una ventaja estratégica. Comprometerse con las designaciones de EPI inclusivas demuestra liderazgo en seguridad y cultura.
Al garantizar que nuestras herramientas y protección sean eficaces para todos, formamos equipos más seguros y fuertes, ya sea al levantar una grúa torre en Alemania o al mover un transformador industrial en Canadá. El ajuste correcto del EPI va más allá del cumplimiento normativo; se trata de respeto, rendimiento y un compromiso con la excelencia que trasciende las fronteras.
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